A los 3 años la amistad se concibe en términos de proximidad física, se considera amigo al que vive cerca o con el que juega siempre.
Es habitual ver en los parques a niños que se acaban de conocer pero que juegan como si estuvieran juntos todos los días.
Con esta edad es habitual que no sepan jugar, que se peguen o que riñan por el mismo juguete. El adulto suele resolver con frases como, no hay que pegar, pediros perdón, hay que ser amigos, etc.
El caso es que con tres años ni tienen el concepto de amistad que tenemos los adultos, ni la capacidad para salir de su egocentrismo ni mucho menos las habilidades de pensamiento que necesitan para controlar sus impulsos. Por eso no nos centraremos en decir lo que no tienen que hacer sino en dar herramientas para que sepan lo que pueden hacer ante un conflicto.
A los 4-5 años los amigos son aquellos que me ayudan, me prestan cosas o me divierten. Y con 6 años avanzaremos en el concepto de amistad y las relaciones ya serán de reciprocidad y de ayuda mutua.